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Los jóvenes dominan la literatura gracias a las pantallas

  • Foto del escritor: Laura Colmenero
    Laura Colmenero
  • 29 abr 2023
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 19 may 2023

La red abre muchas puertas a las generaciones que han nacido con tecnología, pero también conlleva ciertos peligros



Año tras año, en San Jordi, las ferias del libro mueven a los ciudadanos, que se acumulan frente a estands en los que aguarda su escritor favorito mientras firma una cantidad de libros que podría contarse en centenares. Un fenómeno que cada año reafirma el gusto por la lectura y por los libros. La industria editorial, incluyendo tanto libros como publicaciones periódicas, en las que podrían incluirse periódicos o revistas, ocuparon en el año 2021 casi el 20 % del gasto cultural en los hogares españoles. Este es el dato que da el Anuario de estadísticas Culturales 2022, un informe en el que se estudia cada año el gasto cultural de los ciudadanos, así como las inversiones y las nuevas creaciones. Lo único que supera el gasto que se realiza en libros, es la inversión en los aparatos relacionados con lo audiovisual o la información y la telefonía móvil e internet.

Precisamente esta tecnología se está volviendo esencial para la industria editorial, que ha sufrido diversos cambios desde la irrupción de internet, y con una pandemia de por medio, la forma de consumir literatura ha evolucionado. En algunos aspectos, ha traído consecuencias positivas, como la adaptabilidad o la cercanía de los autores con los lectores. Uno de los sectores de la población que más se puede beneficiar de esto, es el de los jóvenes.

Terreno joven

Entre esas filas interminables de las ferias del libro, hay una gran cantidad de jóvenes que esperan con sus volúmenes que salieron directamente de internet o que conocen gracias a las redes sociales. Los jóvenes sí leen, y mucho. Simplemente ha cambiado su forma de hacerlo, aunque no tanto como podría pensarse de antemano. Según las estadísticas que se muestran en el anuario, casi el 80 % de los jóvenes de entre 15 y 24 años leyeron libros en 2022. Y el porcentaje que lo hizo por estudios apenas varía en 3 décimas. Mientras el 60.9 lo hicieron por estudios, un 60.7, lo hizo por gusto o afición. Y el papel sigue siendo su formato favorito, que supera en 4 puntos al formato digital. Algo más de un 13% consumió libros directamente de internet. “A partir de la adolescencia, la mayoría son chicas. Son las que más leen. Cuando viene un chico con ellas, va de acompañante”, afirma Santiago Torán, actualmente vendedor de libros del Corte Inglés de Castellón, pero con más de treinta años de experiencia en el puesto. Cuenta un dato que el estudio corrobora: las mujeres tienen un porcentaje de lectura seis puntos mayor que los hombres. Lo mismo ocurre cuando se trata de libros juveniles, las mujeres más este género.

El 80 % de los jóvenes de entre 15 y 24 años leyeron libros en 2022

“Yo en las ferias las colas mas largas que veo son de jóvenes de entre 12 y veintipocos. Y no solo leen, también escriben”, afirma Rosario raro, escritora de múltiples novelas y profesora del Taller de Escritura Creativa impartido en la Universitat Jaume I. Un fenómeno que se ve reflejado en plataformas como Wattpad, una plataforma que ofrecía como novedad que cualquier escritor, conocido o no, podía publicar sus historias, y tenía la posibilidad de que fueran leídas por cientos de personas sin necesidad de que fueran publicadas. Un panorama que unos años antes habría sido impensable, pero que se vio impulsada por el efecto de la pandemia, cuando los jóvenes estaban desprovistos de ocio. De hecho, la escritora ve en este tipo de plataformas el futuro para aquellos que quieran iniciarse en la escritura. Ella afirma que Amazon es la mejor forma de la que se puede dar a conocer un libro. “Las editoriales están buscando a los autores directamente en Internet”, confirma.

Las editoriales buscan a los autores directamente de internet



Oportunidades, pero también riesgos

Y entre las oportunidades, también existen dificultades y ciertos peligros. “Me gustaría publicar, pero entrar en una editorial es bastante complicado”, afirma Neus Almodóvar, una joven estudiante de Comunicación Audiovisual. amante de la escritura, y defensora de que cualquiera debería "desarrollar" esta habilidad. Creó un blog llamado Weweirdogirl durante la etapa de pandemia en el que escribía sobre el amor. Se presentó ante un panorama que puede resultar sencillo, dado que cualquiera puede visitar y publicar en internet. Pero hay que tener cuidado. Raro destaca unas “prácticas” que se están llevando a cabo actualmente, que “juegan con los sueños de la gente”. Se trata de empresas que se autodefinen como editoriales, pero que Raro niega que lo sean: “Realmente son comerciales de imprenta. No se pueden llamar editoriales porque una editorial hace un trabajo muy serio y muy exhaustivo”.

Hay empresas que se autodefinen como editoriales, pero realmente son "comerciales de imprenta"

Este tipo de editoriales, o “editoriales con H”, como las define la escritora, trabajan de diferentes formas. Algunas exigen a los autores comprar una cantidad determinada de libros, otras, hacen pagar cierta cantidad de dinero para que se haga la impresión, también las hay que exigen a los autores vender sus propios libros. Raro pone en entredicho estas prácticas, y considera que un criterio para no caer en este tipo de “estafas” es “plantearse que después del trabajo que supone crear un libro, no podemos pagar, nos tienen que pagar a nosotros”.



El punto de encuentro

Internet se convierte en una herramienta esencial tanto para vendedores como para escritores. “De momento hago textos cortitos, pero a lo mejor estos textos los puedo relacionar para hacer un libro”, cuenta Almodóvar. Ella, una joven escritora, prefiere no recurrir a plataformas como Wattpad, que además de albergar éxitos Best Seller, tiene detrás fama de promover modelos de relación insanos, y estereotipos de género. Unas obras que han crecido, mayoritariamente, gracias a su triunfo en redes sociales, que se han convertido en el primer criterio de selección de los libros. Torán afirma que los jóvenes van a la librería con una idea fija, mientras que los más mayores se dejan recomendar. “Se fían más de la redes, pero eso no significa que sea mejor”, afirma.

Los jóvenes acostumbran a seleccionar la obras según lo que ven en redes sociales, pero no siempre es el mejor criterio

Según el estudio, alrededor de un tercio de las personas utilizan internet para leer libros directamente, o consultar blogs. Raro contempla este fenómeno como una oportunidad más para los escritores. Además, menciona los blogs, las cuentas de #bookstagram, el hashtag de Instagram especializado en reseñas literarias o los canales de YouTube dedicados a lo mismo, como algo que es territorio, también, de los jóvenes. “Tienen una ventaja que tienen que utilizar porque han nacido con esas habilidades”, resalta. Aunque no siempre las utilizan. “Parece que sea una contradicción porque son los jóvenes los que dominan estas herramientas, pero si te fijas en quien compra más libros, son los adultos”, afirma el vendedor, que destaca que los jóvenes suelen acudir directamente a la librería, en lugar de pedir por internet.

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